En México, de acuerdo con la ENOE, la proporción de trabajadores que, pese a tener un empleador, no recibe el pago del aguinaldo, equivale a llenar 173 veces el Estadio Azteca. En un año, casi 200,000 personas se han sumado a esta condición.

Aunque el aguinaldo está protegido por la Ley Federal del Trabajo (LFT) y no distingue entre formales e informales, cerca de 14.4 millones de personas con un empleo subordinado no recibirá este año esta prestación, pese a tener un patrón, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Esta cantidad representa el 35.7% de todo el universo de trabajadores subordinados, esto equivale a llenar el Estadio Azteca 173 veces. En un año, casi 200,000 personas se sumaron a la población que no tiene acceso prestaciones como aguinaldo, vacaciones y reparto de utilidades.

La falta de pago de aguinaldo no es un asunto exclusivo de la informalidad, subraya Ana Gutiérrez, coordinadora de Comercio Exterior y Mercado Laboral del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). Con los últimos datos disponibles, se observa que el 84% de los trabajadores formales recibe la prestación, aunque se trata de una cifra más alta que la fuerza laboral informal (16%), no se llega a la totalidad, expone la especialista.

“El aguinaldo es un elemento que le da más ingresos a las personas en un momento en el que hay más gastos y está ligado con otros aspectos de balance vida-trabajo, como el ocio, que también entra en juego en lo que vemos a finales de año y donde México tampoco está muy bien parado”, afirma Ana Gutiérrez.

México reconoce el pago de aguinaldo desde 1970 como un derecho laboral irrenunciable. Sin embargo, desde antes de establecerse como una obligación legal, ya había patrones que voluntariamente otorgaban este beneficio a sus empleados, de acuerdo con la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (Profedet).

Desde la perspectiva de Abigail Quiroz, presidenta de la Fundación Trabajo Digno, la falta de acceso aguinaldo también se vincula con los esquemas de contratación que se usan al interior de la formalidad para evadir obligaciones patronales.

“Tenemos un montón de trabajadores que laboran bajo esquemas atípicos, personas contratadas por asimilados a salarios o prestación de servicios. Bajo el amparo de estas figuras civiles o fiscales, se le cambia el nombre al trabajador para no llamarle así, sino calificarlo como prestador de servicios. Al momento de cambiarle el nombre y justificar la relación con otro esquema, se les está negando las prestaciones, no sólo el aguinaldo, también las vacaciones o la seguridad social”, apunta la especialista.

En tanto, la falta de acceso a aguinaldo, al igual que otras prestaciones, es parte de los factores que inhiben la productividad, opina Ana Gutiérrez. “La prestación no sólo permite tener ingresos suficientes, sino un balance entre la vida personal y el trabajo, que siempre aporta a la productividad. El aguinaldo representa una presión económica para quienes cumplen con esa obligación, pero si se implementa adecuadamente, eso puede ayudar también a la productividad”.

Por su parte, Beatriz Robles, directora de Cuentas Clave de Manpower, advierte que la omisión del pago de aguinaldo es una acción que genera en los empleados el sentimiento de que su trabajo no es valorado, lo que puede traducirse en rotación laboral.

“Después de la pandemia, siete de cada 10 trabajadores quieren que sus contribuciones a las organizaciones sean reconocidas por sus jefes, por lo que las buenas prácticas en torno a dar compensaciones económicas ayudan a que el colaborador se sienta valorado por sus contribuciones al negocio”, expone la especialista.

Fin de año, trabajadores esperan “lana”

En el cierre de año, el elemento principal de reconocimiento que esperan los colaboradores de sus empleadores son las compensaciones económicas. De acuerdo con una encuesta de Bonda, el 60% de los trabajadores espera recibir a fin de año un monto de dinero para destinar en lo que desee.

El incentivo económico es más valorado que aspectos como canastas navideñas o mercancía de la empresa. Sin embargo, aún hay empresas que no ofrecen ningún estímulo adicional por falta de presupuesto o por la cultura de la empresa, según la encuesta.

El valor que le dan los empleados a las compensaciones económicas en el último mes del año no es fortuito, se trata de una época de mayor gasto para las familias. La encuesta Termómetro Laboral de OCC Mundial evidencia que el 54% de los trabajadores utiliza el ingreso extra para pagar deudas y un 15% adicional lo destina para cubrir gastos familiares.

Y pese a la importancia que tiene el aguinaldo para los colaboradores, 54% asegura que su empleador no comparte información sobre el cálculo de la prestación.

“El trabajo se busca principalmente por una necesidad económica, por lo que un salario competitivo resulta fundamental para que las personas acepten o rechacen alguna oferta laboral, sobre todo si de él se desprende un monto económico como el aguinaldo. Si esta necesidad no se satisface, se alarga la búsqueda de empleo o se pierde la oportunidad de generar experiencia y, por ende, se va retrasando la formación de habilidades”, puntualiza Beatriz Robles.